En medio de la oscuridad, el Reino avanza sin pausa

Amir llegó a Pakistán con su familia después de cruzar la frontera afgano-pakistaní huyendo de la creciente crisis que vive su país.  Su historia es la de muchos niños y niñas que llegan poco a poco a este país por las vías ilegales buscando refugio, paz y esperanza.

Pequeños como Amir arriban tan solo con la ropa que traen puesta y un par de sandalias, porque durante el trayecto sus familias han tenido que entregar todo para pagar las extorsiones de los talibanes, ejército Pakistaní y aduana de la frontera.

Las familias se establecen en Bastis, construcciones de barro improvisadas que no tienen agua, ni luz y la mayor parte del tiempo son construidas por ellos mismos. Allí, familias como la de Amir compuestas por cinco o más hermanos junto con su madre -viuda, porque su esposo fue un soldado asesinado-, buscan sobrevivir.

Los pequeños no tienen mucho que hacer porque no pueden ir a la escuela debido a que no hay muchas instituciones escolares, ya que las escasas ONGs que contaban con ellas abandonaron el país y apenas están retornando nuevamente. Los chicos más grandes salen a hurgar en la basura para encontrar algo que puedan vender y así obtener 50 rupias (menos de un dólar) para comprar algo de comida y ayudar a sus madres. Pensaríamos que ante este escenario es difícil que niños como Amir logren transformar sus vidas. Sin embargo, en medio de la oscuridad, el Reino avanza sin pausa y los llamados no cesan de compartir esperanza.

¡Así es! En esta realidad, los corazones apasionados de una pareja de creyentes ha querido compartir esperanza con ellos a pesar del riesgo que esto representa. Daud & Fatima son una pareja de esposos que nacieron en pequeños pueblos de Pakistán, cerca a la frontera de Afganistán, los cuales están poblados en su mayoría por Pastunes y donde sus familias eran las únicas cristianas. Esto hizo que aprendieran dos idiomas y que conocieran de cerca sus costumbres y su cultura, pero aún más que se apasionarán por compartir las buenas nuevas con ellos. En el caso particular de Daud, su madre oraba para que él fuera un discípulo de Cristo, y Dios ha respondido a esas oraciones él desea alcanzar a los pastunes para Cristo y quiere que otros lo acompañen, así que cada vez que tiene la oportunidad desde su trabajo comparte el evangelio en pashtun y ayuda a quienes reciben el mensaje con su discipulado.

En este tiempo, donde la crisis ha desplazado a Afganos - Pastunes, Daud siente la carga que Dios ha puesto en ellos y dice “una nueva generación ha venido a nosotros y doy gloria a Dios por esto.” 

De allí que recientemente emprendiera junto a su esposa una iniciativa que busca mostrar el amor de Dios en Palabra y Hecho a 100 niños y niñas refugiados afganos de 5 a 15 años. Junto a su esposa, que es profesora, diseñaron un programa donde se cuentan historias bíblicas, tienen juegos, comida y al finalizar se desea entregar un kit de ropa a cada niño. Este último tendrá artículos como: zapatos, jerseys, calcetines y una gorra los cuales son bastante útiles para suplir una necesidad básica de los pequeños muy evidente en estos tiempos.

Esta es la nación que Dios ha puesto en el corazón de Daud y tiene el privilegio que ellos han venido a donde él está, por eso dice: “debo predicarles el evangelio, porque es la generación de mis vecinos que necesita conocer al Señor y que se les predique la verdad para ser libres.”  Ellos están siendo parte de la preparación de camino y Dios continúa abriendo puertas para que las naciones se acerquen a Él, como en el evangelio de Lucas “Jesús los envió y volvieran regocijándose”, por eso es de gran gozo para esta pareja saber que en medio de la diáspora Dios está preparando los corazones de los más pequeños. 

Es maravilloso ver discípulos Pakistaníes comprometidos con la extensión del Reino y sabemos que los corazones de estos pequeños serán transformados por el poder del evangelio en naciones no alcanzadas. El desplazamiento generado por la crisis continúa y la tarea está empezando,  tu ayuda es importante para que más niños y niñas Afganos puedan conocer a Jesús.

Una donación de $15 dólares puede comprar un kit de ropa para un niño o niña. Para contribuir a esta y otras iniciativas similares, haz clic aquí.

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