¿Quién cuida a los obreros?
Mientras más cerca estemos de Dios, más querrá atacarnos el enemigo. En cuanto estés cerca del cuerpo de Cristo, tu iglesia, estarás debajo de un paraguas donde Dios te dará fuerzas y consuelo. ¿Que pasaría si tuvieras que salir debajo de ese paraguas? Todos los misioneros enfrentan batallas emocionales y guerras espirituales en sus vidas diarias. Es difícil estar lejos de tu iglesia y es fácil aislarte en otra cultura donde todo es nuevo para ti. El trabajo misionero a veces es muy solitario, por eso sabemos que el cuidado integral es esencial.
Cindy, nuestra directora de Vida Plena en Reflejo, nos comparte los siguientes puntos:
La consolación a través de la palabra de Dios: Reconocemos el poder que hay en la palabra para consolarnos, animarnos, cambiar nuestro pensamiento y nuestras vidas. Y así, con el consuelo que hemos recibido de Dios, podemos consolar a los demás. (2 Corintios 1:3-4)
La oración: Apoyamos a otros mediante nuestras oraciones. El Señor dice “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos.” Adaptar a otros en oración, específicamente por sus desafíos, reafirma que no estamos solos y que hay aquellos que nos cuidan.
La confidencialidad: Creamos confianza con el obrero, manteniéndonos neutros al escuchar sus desafíos o conflictos y ofrecemos dirección mediante experiencia y la palabra de Dios. Brindamos un espacio donde pueden expresarse libremente sin miedo de ser juzgados.
Entendimiento: Somos capaces de abordar sus necesidades y ofrecer soluciones reales a través de líderes con experiencia de varios años en misiones y en el campo. Es importante que, al enfrentarse con desafíos particulares en el campo, se sientan comprendidos e identificados.
“Siento que este trabajo es un honor para mí, porque aunque ya no pueda ir al campo (no es mi tiempo) si puedo caminar junto a los que van.”
-Cindy, Directora de Vida Plena-
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